sábado, 19 de noviembre de 2011

Unha pantasma branca

En la habitación de un hospital, Diego y un ornitólogo charlan sobre las "damas de la noche". Una de ellas asustó al niño, que está recuperándose de las heridas.
Todo comenzó en Semana Santa en casa de los abuelos, en Penagrande, cuando paseaba con su hermana gemela Paula por el monte y oyeron un sonido misterioso procedente de la torre de un antigo depósito de agua. La abuela, con miedo, les prohibió acercarse hasta allí, pero no resistieron la tentación de volver. Cuando Diego observaba desde un árbol, surgió de repente un pájaro enorme que provocó su caída al suelo con el susto. Como no se daba movido, una ambulancia vino a recogerlo trasladándolo al hospital, en donde le pusieron catorce puntos en la nuca. Cuando Paula confesó que habían visto el fantasma blanco, la lechuza con cara como de persona, patas como de perro y garras como un águila, todos los vecinos emprendiron la búsqueda de aquel pájaro temido pues su presencia era presagio de muerte o desgracia para quien la vise o sus familiares. Y de un disparo mataron a la lechuza, que había intentado escapar volando. Luego, rompieron sus cinco huevos del nido, con restos de ratones.


Alternando con este relato, una lechuza macho, Bocabranca, nacida en Alemania, cuenta cómo aprendió a volar y a cazar. Emprendiendo camino, encontró un día a Pinguiñas, una blanca y silenciosa reina de la noche, una lechuza hembra hermosísima, que le invitó a instalarse con ella en la torre del agua y desde entonce tenían allí su hogar perfecto. Ella puso cinco huevos, de los que no se quería apartar para darles calor y tener sus primeros hijos. Entonces ocurrió la desgracia. Triste y sola, Bocabranca se resiste a abandonar el nido con los huevos destrozados.


Cuando salió del hospital, Diego, encontró paseando por el monte una lechuza macho herida. La llevó para casa de la abuela. Aunque esta, horrorizada, no quiere ni verla, acaba aceptándola y le ayuda a curarla. Al acabar las vacaciones, Diego la suelta: marcha volando, brillante como un fantasma blanco. Cuando vuelva a la aldea tendrá en ella a una amiga.


Unha pantasma branca. Fina Casalderrey. Everest.
A partir de 8 años.

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